sábado, 17 de enero de 2015

La palabra "castillear"

Siempre he dicho que una de las cosas que más me han interesado y me siguen interesando en esta vida es visitar, mirar y tocar castillos; leer sobre ellos, fotografiarlos y recrearme con las fotografías de otros. Lo he venido haciendo durante años pero sin que esa actividad tuviera un nombre, un vocablo que la definiera. Me explico: visitar, mirar, tocar, hacer fotos, leer; demasiadas palabras para un solo entretenimiento. Había que encontrar otra que lo englobara todo, que ella solo lo definiera, que de manera única y exclusiva expresara ese conjunto.

Y la encontré. Encontré la palabra, un verbo que, sin estar recogido en el D.R.A.E. ni en ningún otro diccionario ni enciclopedia, encierra todo lo que hasta ahora necesitaba varios términos para entenderlo. En él está la integridad de la idea, la perfecta concreción de mi entretenimiento, mi placer, mi recreo.

La palabra es “castillear”, que podría definirse como la acción de hacer gozar los sentidos teniendo delante un castillo o los restos de uno; por extensión, cualquier actividad relacionada con esas edificaciones y que también haga gozar alguno de los sentidos. Pero todo ello con mesura, sin extravagancias, que para eso está Florencia; manteniendo moderado el ritmo cardíaco y demás síntomas stendhalianos. Y aunque nuestras reacciones románticas deban ser moderadas, habrá momentos y lugares en que se nos estará permitido algún temblor, un vértigo, una confusión. Pero sólo cuando estemos ante un exceso de belleza acumulada.

En honor a la verdad he de decir que el palabro no es mío, claro, no llego a tanto.; ¡cuánto me hubiera gustado haber sido su inventor!.

No sé donde lo descubrí, pero desde entonces y sobre todo desde que entendí cuál es su significado, en lo que a mí se refiere, lo uso de manera casi coloquial; ha quedado incorporado a mi vocabulario. Ya no voy adonde haya un castillo a visitarlo, a mirarlo y a hacer fotos: voy a castillear a un lugar.

En el mismo sentido que yo utilizo la palabra, veo que lo hacen muchos otros, en páginas web, blogs, twiter. En todo internet los aficionados a la castellogía (otra palabrita a incorporar) recurren al vocablo de marras para expresar de manera rápida y concisa la actividad de su afición principal.

Al mismo tiempo, no todo el que visite y mire un castillo puede estar castilleando. Es probable que simplemente esté visitando y mirando un castillo, que esa sea una más de las actividades que se piense realizar en ese día, e incluso le esté dando la misma o menor importancia que le daría a un paseo por un parque o un centro comercial. Queda claro que castillear es otra cosa.

Me permito, permitidme pues, disponer de esta nueva palabra y de toda su conjugación, con la frecuencia que la necesidad me obligue, y el capricho y la fantasía me lo propongan. Bajo ella incluyo visitas y paseos, realizados y hasta por realizar; o por no realizar, que hay lugares que estoy seguro nunca pisaré. 

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