martes, 28 de julio de 2015

Ayamonte, Torre Canela

La torre de Canela, forma parte de la línea de torres almenaras construidas entre finales del siglo XVI y principio del XVII en la costa andaluza para su vigilancia y defensa, y es la más occidental de todas las que se conservan.  Junto con el Hornabeque del Socorro, el baluarte de las Angustias y el bonete del Artillero, forman el conjunto de las edificaciones defensivas de Ayamonte que han sobrevivido hasta nuestros días. Entre los desaparecidos pero en el recuerdo, el Castillo (maravilloso el Parador) y el baluarte de Buscarruidos. Semejante conjunto defensivo sólo es comprensible si lo situamos, como así es, a menos de tres kilómetros de Portugal.


Se encuentra esta torre en la carretera que une el casco urbano de Ayamonte con la Punta del Moral, una vez pasada la rotonda desde la que se accede a Isla Canela. Justo después de esa rotonda, a la izquierda está la torre, bien visible desde la carretera, en un espacio abierto, limpio y acotado. Y cerrado. A pesar de lo de veces que por aquí he pasado, nunca se me ocurrió parar, así que hoy he decidido venir a tiro hecho, ex profeso.


Una valla rodea todo el recinto, no me queda otra que observarla desde el exterior del cercado, rodear el lugar y fotografiarla. De vez en cuando la perspectiva buscada me hace alejarme y me obliga a pisar terrenos jóvenes, tierra que hace doscientos o trescientos años no estaba ahí: sedimentos de aluvión del cercano Guadiana, marisma y arena.

Es difícil imaginar este entorno hace cuatrocientos años, cuando se construyó. Desde aquí se dominaba y defendía gran parte de la costa, la orilla estaba muy cerca, incluso la desembocadura del Guadiana debe ser visible desde el terrado, aunque ésta quedara a bastante más de un tiro de cañón, por lo que la posibilidad de defensa del río era nula.


Pero hoy la playa está muy alejada, la vegetación y los edificios contemporáneos hacen difícil suponer cómo era el entorno primitivo; la torre se ha alejado de la costa, o más acertadamente, la costa se ha alejado de la torre. Ésta, como todas las demás, ha perdido su funcionalidad, y por partida doble: no hay costa que vigilar, ni enemigos (¿?) de los que defenderse.

LOS DETALLES:

Aparentemente la torre está un estado de conservación muy bueno. Sus dimensiones son mayores respecto al resto de las construidas en esta provincia, a excepción de la de Punta Umbría, que es muy similar a ésta.
Tiene forma troncocónica, se apoya sobre un plinto de mampostería de sillares de dos metros de altura. Sobre este plinto, y en su cara norte, descansa un tramo de escalera  de poco más de tres metros de altura, también ejecutado en sillares; la distancia desde aquí hasta la puerta de acceso, elevada unos 3'20 metros, se salva con otra escalera metálica, pero de reciente ejecución. Originalmente esa separación se franqueaba con otra escala, mucho más ligera que la actual, evidentgemente, y que se recogía hacia el interior de la torre para aislarla aún más.
La puerta es de forma rectangular y desde ella se accede a un pequeño zaguán de planta trapezoidal que lleva a una cámara de poca altura.
Sobre la puerta, y a la altura del almenaje, los restos de un matacán.
En su interior, una doble cámara separadas por una bóveda de ladrillo; desde la cámara inferior a la superior, una escalera de caracol, y así hasta la cubierta aterrazada. Dos ventanucos en su cara de levante dan luz a esta escalera y ventilación a todo el interior.
El diámetro de la terraza es de unos 10 metros y su pretil, ligeramente volado, almenado con cinco almenas artilleras, es de 1'00 metro de altura y 0'80 metros de espesor. En el centro de la terraza, un orificio circular de 30 centímetros de diámetro nos dice que ése era el conducto por donde se subían materiales al terrado.
Su altura total es de 17’90 metros, que unido a su aparente robustez y a la solidez y conservación de sus materiales, hace que impresione a primera vista. 
Y a segunda vista también.


Y es al fotografiarla cuando, a través del visor observo que está ligeramente inclinada; que el inestable suelo, arena y aluvión, sobre el que se apoya, no resiste ni su peso ni el tiempo. Pero bueno, por ahora sólo es ligeramente. Aún no está vencida.

Nota: esta visita la realicé en Marzo de 2008. En el 2009 la torre fue sometida a una intervención tanto en su estructura como en su entorno que, según veo en las numerosas fotografías que encuentro en la red, la han dado un valor que nunca debió perder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario