martes, 2 de febrero de 2016

Alcoutim, el Castillo Nuevo

La última vez que visité Alcoutim lo hice con la decidida intención de que esa visita fuera el pretexto para escribir, por fin, estos comentarios. Y es que a pesar de haber recorrido el pequeño caserío en un par de ocasiones, y haber visitado su castillo nuevo también, aún no había resuelto redactar nada al respecto.
Así que la otra mañana nos pusimos en marcha hacia Alcoutim, que está en Portugal, para el que no lo sepa, en el distrito de Faro, muy cerquita de la frontera, junto al río Guadiana, y "enfrentada" en la orilla española con Sanlúcar del Guadiana.
Para llegar hasta allí se cruza la frontera por el puente internacional entre la A-49 (España) y la A-22 (Portugal), e inmediatamente se coge la primera salida y, por la IC27-N122, ponemos rumbo al norte.

Atrás, a unos 40 kilómetros, hemos dejado Castro Marim, su castillo y su fuerte; y con el Guadiana a la derecha lo remontamos hasta que la N122-1 nos indique y lleve a Alcoutim,





















También se llega desde la vecina Sanlúcar del Guadiana, con travesía fluvial obligatoria, en barca, claro. Esta segunda opción puede y debe acompañarse de una visita al Castillo de San Marcos.
Es Alcoutim una pequeña y tranquila población que se extiende sobre una ligera lader que llega hasta el río. El río, el Guadiana, frontera natural con España, ha sido el eje de su economía, centrada desde antiguo, principalmente, en el comercio por vía fluvial de productos mineros, tales como el cobre, hierro y manganeso.

Toda la región estuvo poblada desde la Edad del Hierro, también durante la conquista romana y, por supuesto, por los árabes hasta que es reconquistada durante el reinado de Sancho II, allá por 1240. En todo el entorno quedan numerosísimos restos arqueológicos, cuyo detalle sería prolijo y casi inapropiado en un blog como este.
Esta población fue el marco de trascendentales hechos históricos entre España y Portugal: firma del Tratado de Alcoutim entre Castilla y Portugal (hecho acaecido hacia 1371, al final de la primera guerra Fernandina, y la firma se realizó en medio del río Guadiana), las Guerras de Restauración durante el siglo XVII y las Liberales en el XIX.
Decía que fue reconquistada a los árabes durante el reinado de Sancho II, que es cuando se inicia la construcción de un nuevo castillo (los árabes tenían otro algo más al norte, el Castillo Viejo), y así reforzar las posiciones conquistadas.
En 1304, durante el reinado de Don Dionis I, fue ampliado y reforzado, llegando a tener sus murallas hasta tres puertas. Este rey concedió a la población fuero propio y la donó a la Orden de Santiago.
Entre 1495 y 1521 (reinado de D. Manuel), se efectúan nuevas reformas que lo adaptan a las necesidades bélicas de la época.
Hacia 1640, el rey Alfonso VI (Guerra de Restauración contra España) mejoró sus defensas para adecuarlas a las técnicas artilleras.
Terminadas las guerras con los españoles, pierde totalmente su utilidad militar, siendo abandonado desde principio del siglo XIX.
Hoy lo vemos restaurado, muy lejos de la ruina en la que se encontraba a mediados del siglo XX.


Una vez allí y sin demora, dejamos el coche y caminando nos dirigimos al castillo, situado sobre un ligero cerro al sur de la población: señalizaciones correctas y amabilidad por parte del paisanaje, que nos ofrece las indicaciones precisas para llegar. Luego habrá tiempo para recorrer sus calles y sentarse tranquilamente en la terraza de algún bar cerca del río.

Caminando hacia el castillo
Ya dentro, y previo pago de una módica cantidad de dinero, nos encontramos con un recinto ajardinado (muy lejos de lo que debió ser), limpio, cuidado y muy bien adaptado para su visita, lo que es digno de agradecer. Damos un tranquilo paseo por su camino de ronda y nos deleitamos con una panorámica excelente: el río, el pequeño puerto fluvial y Sanlúcar en la otra orilla que, repetimos, es España.

Sanlúcar del Guadiana desde el castillo de Alcoutim





















 La planta del castillo es un polígono irregular, un trapecio con sus lados un poco arqueados, ocupando una superficie de algo más de 3.100 m2.
Se ejecutó con cantería sin labrar, mamposteria burda, aunque hay zonas en las que el material predominante es la pizarra, en lajas horizontales formado hileras en espiga. Sus esquinas no presentan sillares que regularicen la fábrica. La diversidad de materiales empleados es debida a las sucesivas reformas y reparaciones que en él se efectuaron.

Exterior del castillo



















Interior del castillo

Zona abaluartada de la muralla

Las murallas tuvieron tres puertas, la de Tavira, Mértola y Guadiana, llamadas así por la orientación. Hoy el castillo conserva dos puertas, ambas de traza ojival, una al norte y otra al oeste.
Apenas restan almenas, casi toda la muralla está desmochada, fruto de su adaptación a la artillería.Tampoco quedan torres ni ningún elemento defensivo destacable, a excepción de un pequeño parapeto orientado al noroeste, o sea Sanlúcar, derivado de las reformas ejecutadas en el siglo XVIII.


En el "Mapa de todas las plazas, fortalezas y baterías del reino del Algarve" de José De Sande Vasconcellos, aparece un plano de este castillo en el que se aprecia un amplio cinturón de murallas que, rodeando todo el núcleo urbano, llegaban hasta el río. En él también quedan señalizadas las puertas que antes detallábamos.

La visita se remató en el Museo de Arqueología, instalado en un edificio de nueva construcción en el interior del castillo (la tipología de dicho edificio denota la falta de prejuicios por parte de sus promotores; ¡qué lejos de otros en otros lugares!) que contiene numerosos restos arqueológicos encontrados en el municipio y alrededores, y también parte de la cimentación más antigua de la fortificación.
De abajo a arriba: Sanlúcar, el río Guadiana y Alcoutim

Bueno, realmente la visita se remató en la terraza de un bar tomando nota de unas cuantas cervezas muy frías.

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