A veces la
casualidad te lleva a situaciones inesperadas, lugares imprevistos o visiones
no imaginadas; pero que no por ello deben ser desagradables, sino todo lo
contrario. Algo así me sucedió hace un tiempo cuando el camino me llevó a
Motrico, en Guipúzcoa, muy cerquita ya de Vizcaya. Y lo que en principio iba a
ser la visita a un pueblo costero, conocido sobre todo por su puerto y sus
pintorescas calles, se convirtió a la postre en el hallazgo de una torre que no
recordaba a pesar de encontrarse en mi listado.
Paseando Motrico. |
Y el
descubrimiento se extendió a todo el pueblo, que se descuelga por un acantilado
hacia la estrecha bahía, que es su puerto y su esencia, como si fuera un embudo
por el que desciende la historia en forma de estrechas calles hasta el mar.
Data su fundación de 1209,
cuando el rey castellano Alfonso VIII le otorga carta de puebla, lo que llevaba
aparejado la facultad de amurallar la villa.
Con el tiempo, el pequeño
núcleo medieval crece a costa del comercio marítimo y también de las familias
aristocráticas que en él se asentaron, construyendo palacios y casas torre.
Y hasta hoy, la vida y la
economía de Motrico ha girado en torno al mar, que al igual que desde otros
puertos del Cantábrico, desde éste partían barcos hasta Terranova a la pesca
del bacalao. Un tal Lope Martínez de Isasti decía del Motrico de principios del
siglo XVII:
«Es puerto de mar y tiene muelle, donde entran
navios cargados hasta las trescientas toneladas. Tiene astilleros donde se
fabrican galeones y navíos de todas suertes, que se llevan a Sevilla cargadas
de fierro y de otras mercaderías de la tierra, y algunos años van a Terranova
por el pescado bacalao, y los marineros que quedan en la tierra se entretienen
en la pesquería ordinaria y, a su tiempo, en ballenas que pasan a lo largo de
la costa por aquel mar Cantábrico y que las matan con mucha destreza.»
Y
reflejo de ello queda en su escudo: un pescador y una ballena.
Este
lugar también ha dado numerosos hombres ilustres, sobre todo marinos, entre los
que hay que destacar a Cosme Damián Churruca, brigadier de la armada que murió
en la batalla de Trafalgar (21 de octubre de 1805) al mando del San Juan
Nepomuceno.
Junto al puerto,
elevándose sobre las demás edificaciones, está la que seguramente fue la más
alta de la población, y la que dicen fue la única que se salvó del incendio de
1553, por lo que debe ostentar el título de edificio más antiguo de la
villa. También alardea de ser la casa-torre medieval más alta de toda
Guipúzcoa; al menos de las que se conservan actualmente. Por su situación y
altura, fue utilizada para la vigilancia y control del puerto.
Por haberse salvado de
aquél incendio, también se la conoce como torre Suilangoa o Sulengua (anterior
al fuego)
No encuentro el dato concreto que me diga la fecha de su construcción
pero a tenor de lo que se deduce de la leyenda, como mínimo debe de ser
de principios del siglo XVI. En la página web castillosdeespaña.es, en
la ficha correspondiente a esta torre, dice cronología: siglo XIV. Pero
no sé hasta qué punto creerlo, porque más abajo leo estado de conservación:
ruina progresiva, lo cual es totalmente incierto. Opino que tan poco
creíble puede ser un dato como el otro.
La leyenda cuenta que en 1553 se produjo un incendio (antes, en 1484
ya hubo otro pero no de tanta magnitud) que destruyó prácticamente toda la
localidad, ya que la mayor parte de las construcciones eran de madera. Apenas
se salvaron las construidas en piedra, como es el caso de la torre que hoy me
ocupa.
Como también se salvó del
saqueo del ejército francés en 1795 durante la Guerra de la Convención (los
franceses, como siempre, a lo suyo: saquear y después incendiar)
Su propiedad pasó por varias familias, y en algún momento del siglo XVI
cayó en manos de los Berriatúa; en el año 1600, Isabel de Lobiano, hija de
Brígida de Berriatúa, casó con un tal Pedro de Idiáquez, con lo que la
propiedad pasaría a éste último, o sea a los Idiáquez de Azcoitia (lo que ya no
se perdería es el nombre de la torre, que se quedó en Berriatúa), formando
parte de la hacienda de los Duques de Granada (¿?).
Sobre su historia, hasta aquí puedo escribir.
La torre: su cuarta y quinta planta y la vecina tendiendo la ropa. |
A la izquierda, escalera que lleva al ascensor para subir hasta la plaza. |
La torre es exenta, de planta rectangular y cubierta con un tejado a
cuatro aguas. Está construida en piedra, sillares de arenisca en esquinas y en elementos
constructivos concretos como los huecos de puertas y ventanas –arcos, pretiles,
jambas y columnillas-, y sillarejos de distinta labra, tamaño y procedencia en
la fábrica de los muros.
Está dividida en cuatro alturas más la planta baja presentando en todas
sus fachadas gran profusión de huecos, casi todos ellos son ventanas geminadas
(ajimez) con arcos apuntados o de medio punto, aunque también hay ventanas de
un solo hueco con arcos de medio punto o conopiales rebajados de distintos
tamaños.
Las alturas están delimitadas por unos modillones simples
En planta baja se abren cuatro huecos: tres son acceso y el cuarto una
ventana. La puerta más grande es un arco apuntado, gótico, que en su clave
tiene un escudo bastante deteriorado.
Sobre la cuarta planta y en su mitad izquierda vuela un gran alero de
madera apoyado sobre modillones triples. En esa esquina tuvo un garitón, hoy
desparecido.
Con toda seguridad sus fachadas han conocido pequeñas modificaciones a
lo largo de la historia, pues presenta detalles tanto góticos como
renacentistas. Pero donde está más claro el cambio, entendido aquí como alteración,
es en su mitad derecha, en la que se han elevado –recientemente- dos
alturas más, cuyo resultado pone en duda el gusto estético de sus promotores y
la moralidad (o cualquiera de sus sinónimos) de los gestores de la
administración que lo autorizó.
El desarrollo urbanístico del pueblo no la ha afectado, al menos en la
medida que sí lo ha hecho a sus murallas, hoy prácticamente desaparecidas.
Nombre:
Torre Berriatúa.
Localidad:
Motrico-Mutriku
Municipio:
Motrico-Mutriku
Provincia:
Guipúzcoa
Tipología:
Casa torre.
Época de construcción: siglo XIV
Estado: En
buen estado conservación. El uso como vivienda (su interior está dividido en
varias) ayuda a su mantenimiento.
Protección: declarado Monumento Histórico-Artístico
(BOE 17-01-64)
En el BOPV de 10-06-2002 queda protegida
con la calificación Media (excepto las plantas quinta y sexta).
La población está declarada Conjunto Monumental
desde 1995.
Propiedad: privada.
Uso: Viviendas.
Clasificación subjetiva: 2, o sea, que si
se pasa cerca y se va con tiempo se llega uno a verla, o lo que es lo mismo, se
incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si no se visita.
Visitas: Exterior. El interior está ocupado por
viviendas.
Palacio de Montalivet, junto a la torre Berriatúa |
La iglesia de la Asunción; a la derecha el palacio Galdona. |
Otras cuestiones de interés: Todo el pueblo
merece un buen paseo: calles estrechas, empinadas y con un buen regusto al
pasado. Palacios como el de Montalivet, barroco del siglo XVIII, al lado de la
torre Berriatua (menudo nombre tuvo su primer propietario, el marino José
Iturribalzaga Sánchez-Revata Montalivet y Forjado); el de Galdona, en la plaza
de Churruca, junto al Ayuntamiento y la iglesia de la Asunción; el palacio de
Arrietakua, del siglo XVII y también de otro militar, el Tte.Gral. Antonio de
Gaztañeta, y que fue la casa de Churruca; el de Olazarra-Mizkia, del siglo
XVII; y alguno más, sin duda.
Pero todo ello será mejor hacerlo,
caminando, de arriba abajo; para subir hay un ascensor.
Al final del descenso, la
torre que hoy paseo y el puerto, con la vieja Lonja que fue la sede de la
primera cofradía de pescadores de Motrico.
No olvidar los
alrededores, los barrios, acantilados,
playas y demás, que aquí no caben porque esto no es una guía turística.
La Lonja, en el puerto. |
Cómo llegar: Casi equidistante entre San Sebastián y
Bilbao: por la AP-8 hasta las proximidades de Deva, y desde allí hasta Motrico
sólo un paseo.
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