martes, 15 de noviembre de 2016

Motrico-Mutriku, Torre Berriatúa

A veces la casualidad te lleva a situaciones inesperadas, lugares imprevistos o visiones no imaginadas; pero que no por ello deben ser desagradables, sino todo lo contrario. Algo así me sucedió hace un tiempo cuando el camino me llevó a Motrico, en Guipúzcoa, muy cerquita ya de Vizcaya. Y lo que en principio iba a ser la visita a un pueblo costero, conocido sobre todo por su puerto y sus pintorescas calles, se convirtió a la postre en el hallazgo de una torre que no recordaba a pesar de encontrarse en  mi listado.
Paseando Motrico.
Y el descubrimiento se extendió a todo el pueblo, que se descuelga por un acantilado hacia la estrecha bahía, que es su puerto y su esencia, como si fuera un embudo por el que desciende la historia en forma de estrechas calles hasta el mar.

Data su fundación de 1209, cuando el rey castellano Alfonso VIII le otorga carta de puebla, lo que llevaba aparejado la facultad de amurallar la villa.
Con el tiempo, el pequeño núcleo medieval crece a costa del comercio marítimo y también de las familias aristocráticas que en él se asentaron, construyendo palacios y casas torre.
Y hasta hoy, la vida y la economía de Motrico ha girado en torno al mar, que al igual que desde otros puertos del Cantábrico, desde éste partían barcos hasta Terranova a la pesca del bacalao. Un tal Lope Martínez de Isasti decía del Motrico de principios del siglo XVII:

«Es puerto de mar y tiene muelle, donde entran navios cargados hasta las trescientas toneladas. Tiene astilleros donde se fabrican galeones y navíos de todas suertes, que se llevan a Sevilla cargadas de fierro y de otras mercaderías de la tierra, y algunos años van a Terranova por el pescado bacalao, y los marineros que quedan en la tierra se entretienen en la pesquería ordinaria y, a su tiempo, en ballenas que pasan a lo largo de la costa por aquel mar Cantábrico y que las matan con mucha destreza.»

Y reflejo de ello queda en su escudo: un pescador y una ballena.
Este lugar también ha dado numerosos hombres ilustres, sobre todo marinos, entre los que hay que destacar a Cosme Damián Churruca, brigadier de la armada que murió en la batalla de Trafalgar (21 de octubre de 1805) al mando del San Juan Nepomuceno.
Motrico desde el puerto, en el centro la Torre Berriatúa
Junto al puerto, elevándose sobre las demás edificaciones, está la que seguramente fue la más alta de la población, y la que dicen fue la única que se salvó del incendio de 1553, por lo que debe ostentar el título de edificio más antiguo de la villa. También alardea de ser la casa-torre medieval más alta de toda Guipúzcoa; al menos de las que se conservan actualmente. Por su situación y altura, fue utilizada para la vigilancia y control del puerto.

Por haberse salvado de aquél incendio, también se la conoce como torre Suilangoa o Sulengua (anterior al fuego)
No encuentro el dato concreto que me diga la fecha de su construcción pero a tenor de lo que se deduce de la leyenda, como mínimo debe de ser de principios del siglo XVI. En la página web castillosdeespaña.es, en la ficha correspondiente a esta torre, dice cronología: siglo XIV. Pero no sé hasta qué punto creerlo, porque más abajo leo estado de conservación: ruina progresiva, lo cual es totalmente incierto. Opino que tan poco creíble puede ser un dato como el otro.
La leyenda cuenta que en 1553 se produjo un incendio (antes, en 1484 ya hubo otro pero no de tanta magnitud) que destruyó prácticamente toda la localidad, ya que la mayor parte de las construcciones eran de madera. Apenas se salvaron las construidas en piedra, como es el caso de la torre que hoy me ocupa.
Como también se salvó del saqueo del ejército francés en 1795 durante la Guerra de la Convención (los franceses, como siempre, a lo suyo: saquear y después incendiar)

Su propiedad pasó por varias familias, y en algún momento del siglo XVI cayó en manos de los Berriatúa; en el año 1600, Isabel de Lobiano, hija de Brígida de Berriatúa, casó con un tal Pedro de Idiáquez, con lo que la propiedad pasaría a éste último, o sea a los Idiáquez de Azcoitia (lo que ya no se perdería es el nombre de la torre, que se quedó en Berriatúa), formando parte de la hacienda de los Duques de Granada (¿?).
Sobre su historia, hasta aquí puedo escribir.
La torre: su cuarta y quinta planta y la vecina tendiendo la ropa.



A la izquierda, escalera que lleva al ascensor para subir hasta la plaza.
La torre es exenta, de planta rectangular y cubierta con un tejado a cuatro aguas. Está construida en piedra, sillares de arenisca en esquinas y en elementos constructivos concretos como los huecos de puertas y ventanas –arcos, pretiles, jambas y columnillas-, y sillarejos de distinta labra, tamaño y procedencia en la fábrica de los muros.
Está dividida en cuatro alturas más la planta baja presentando en todas sus fachadas gran profusión de huecos, casi todos ellos son ventanas geminadas (ajimez) con arcos apuntados o de medio punto, aunque también hay ventanas de un solo hueco con arcos de medio punto o conopiales rebajados de distintos tamaños.
Las alturas están delimitadas por unos modillones simples

En planta baja se abren cuatro huecos: tres son acceso y el cuarto una ventana. La puerta más grande es un arco apuntado, gótico, que en su clave tiene un escudo bastante deteriorado.
Sobre la cuarta planta y en su mitad izquierda vuela un gran alero de madera apoyado sobre modillones triples. En esa esquina tuvo un garitón, hoy desparecido.
Con toda seguridad sus fachadas han conocido pequeñas modificaciones a lo largo de la historia, pues presenta detalles tanto góticos como renacentistas. Pero donde está más claro el cambio, entendido aquí como alteración, es en su mitad derecha, en la que se han elevado –recientemente- dos alturas más, cuyo resultado pone en duda el gusto estético de sus promotores y la moralidad (o cualquiera de sus sinónimos) de los gestores de la administración que lo autorizó.
El desarrollo urbanístico del pueblo no la ha afectado, al menos en la medida que sí lo ha hecho a sus murallas, hoy prácticamente desaparecidas.


Nombre: Torre Berriatúa.
Localidad: Motrico-Mutriku
Municipio: Motrico-Mutriku
Provincia: Guipúzcoa

Tipología: Casa torre.
Época de construcción: siglo XIV
Estado: En buen estado conservación. El uso como vivienda (su interior está dividido en varias) ayuda a su mantenimiento.
Protección: declarado Monumento Histórico-Artístico (BOE 17-01-64)
En el BOPV de 10-06-2002 queda protegida con la calificación Media (excepto las plantas quinta y sexta).
La población está declarada Conjunto Monumental desde 1995.
Propiedad: privada.
Uso: Viviendas.
Clasificación subjetiva: 2, o sea, que si se pasa cerca y se va con tiempo se llega uno a verla, o lo que es lo mismo, se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si no se visita.
Visitas: Exterior. El interior está ocupado por viviendas.
Palacio de Montalivet, junto a la torre Berriatúa
La iglesia de la Asunción; a la derecha el palacio Galdona.
Otras cuestiones de interés: Todo el pueblo merece un buen paseo: calles estrechas, empinadas y con un buen regusto al pasado. Palacios como el de Montalivet, barroco del siglo XVIII, al lado de la torre Berriatua (menudo nombre tuvo su primer propietario, el marino José Iturribalzaga Sánchez-Revata Montalivet y Forjado); el de Galdona, en la plaza de Churruca, junto al Ayuntamiento y la iglesia de la Asunción; el palacio de Arrietakua, del siglo XVII y también de otro militar, el Tte.Gral. Antonio de Gaztañeta, y que fue la casa de Churruca; el de Olazarra-Mizkia, del siglo XVII; y alguno más, sin duda.

Pero todo ello será mejor hacerlo, caminando, de arriba abajo; para subir hay un ascensor.
Al final del descenso, la torre que hoy paseo y el puerto, con la vieja Lonja que fue la sede de la primera cofradía de pescadores de Motrico.
No olvidar los alrededores, los barrios, acantilados, playas y demás, que aquí no caben porque esto no es una guía turística.
La Lonja, en el puerto.
Cómo llegar: Casi equidistante entre San Sebastián y Bilbao: por la AP-8 hasta las proximidades de Deva, y desde allí hasta Motrico sólo un paseo.






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